Cima del Puig de la Cabrafiga desde Pratdip

La ascensión al Puig de la Cabrafiga constituye una de las excursiones más gratificantes y técnicamente interesantes de la Serra de Llaberia, combinando la conquista de una cima emblemática con la exploración de paisajes kársticos únicos y panorámicas excepcionales del litoral mediterráneo. Esta ruta circular de 7.3 kilómetros parte del histórico pueblo de Pratdip, localidad que conserva importantes vestigios medievales como su espectacular castillo encaramado sobre un peñasco rocoso, testimonio de la importancia estratégica de esta zona en el control de las comunicaciones entre el interior montañoso y la costa. El Puig de la Cabrafiga, con sus 614 metros de altitud, representa el punto culminante de la montaña de Cabrafiga y constituye un mirador natural excepcional hacia el mar Mediterráneo, ofreciendo desde su cima vistas panorámicas que abarcan desde el Delta del Ebro hasta las estribaciones de la Cordillera Prelitoral. La denominación de la montaña hace referencia a la abundante presencia histórica de cabras monteses en estos parajes rocosos, donde la vegetación mediterránea y las formaciones calizas crean un hábitat ideal para la fauna rupícola característica de las sierras catalanas. El itinerario se inicia en las inmediaciones de Pratdip, siguiendo inicialmente la carretera local hasta conectar con los senderos tradicionales que históricamente han comunicado el pueblo con las zonas altas de la sierra. Los primeros tramos del recorrido hacia la cima del Puig de la Cabrafiga discurren por senderos bien marcados con señalización amarilla y azul, adentrándose progresivamente en el paisaje forestal dominado por pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) que constituyen la formación arbórea característica de las vertientes soleadas de la Serra de Llaberia. Conforme se gana altitud en el ascenso hacia la cima del Puig de la Cabrafiga, el paisaje vegetal experimenta una gradual transformación, con la aparición del matorral mediterráneo típico de las cotas medias montañosas. Especies como el romero (Rosmarinus officinalis), el tomillo (Thymus vulgaris), la aliaga (Ulex parviflorus) y la coscoja (Quercus coccifera) van sustituyendo progresivamente a los pinares, creando un mosaico vegetal aromático característico del clima mediterráneo continental que caracteriza estas altitudes. El ascenso hacia la cima del Puig de la Cabrafiga presenta varios hitos de notable interés geológico y patrimonial, destacando la presencia de antiguos pozos de hielo, infraestructuras tradicionales utilizadas históricamente para la conservación y comercialización del hielo natural durante los meses invernales. Estas construcciones, excavadas en depresiones naturales del terreno y revestidas con muros de piedra seca, constituyen testimonios únicos de la economía tradicional de montaña y representan elementos patrimoniales de gran valor etnológico que enriquecen significativamente el interés cultural del recorrido. La geología de la zona está dominada por formaciones calcáreas del Mesozoico, responsables del paisaje kárstico que caracteriza buena parte del itinerario hacia la cima del Puig de la Cabrafiga. La erosión diferencial de estas rocas sedimentarias ha dado lugar a la formación de espectaculares riscos calizos, barrancos profundos, dolinas y otras formas de relieve kárstico que aportan una notable diversidad geomorfológica al paisaje montañoso. El tramo central del ascenso hacia la cima del Puig de la Cabrafiga incluye la superación del Portell dels Grauets, paso de montaña situado a 490 metros de altitud que constituye una puerta natural de acceso a las zonas altas de la sierra. Desde este collado se obtienen las primeras vistas panorámicas significativas hacia el Mediterráneo y las Muntanyes de Tivissa-Vandellòs, permitiendo apreciar la posición geográfica privilegiada de la Serra de Llaberia como elemento de transición entre las tierras del interior y el dominio costero. El ascenso final hacia la cima del Puig de la Cabrafiga presenta los mayores desafíos técnicos del itinerario, incluyendo la superación del célebre Pas del Gos, paso aéreo que requiere el uso ocasional de las manos y constituye uno de los puntos más espectaculares y exigentes de la ruta. Este paso, tallado en la roca calcárea y con considerable exposición al vacío, demanda precaución y experiencia en terreno montañoso, pero recompensa el esfuerzo con sensaciones únicas y perspectivas aéreas excepcionales del paisaje circundante. La cima del Puig de la Cabrafiga, coronada por un vértice geodésico, ofrece panorámicas de 360 grados que constituyen sin duda la principal recompensa del esfuerzo realizado. Hacia el sureste se extiende la inmensidad azul del Mediterráneo, con la silueta del Delta del Ebro recortándose en el horizonte. Al norte aparecen las alineaciones montañosas del interior catalán: Montsant, Serra de la Mussara y las estribaciones meridionales del sistema pirenaico. Hacia el oeste se divisan las Muntanyes de Tivissa-Vandellòs, mientras que hacia el sur la vista alcanza las sierras costeras que se prolongan hacia las tierras valencianas. El descenso desde la cima del Puig de la Cabrafiga sigue un itinerario diferente al de ascenso, completando así un recorrido circular que maximiza la diversidad paisajística de la experiencia. Este sector incluye tramos técnicos por terreno rocoso y pedregoso que requieren precaución, especialmente en condiciones de humedad. El sendero desciende por la vertiente norte de la montaña, atravesando zonas de tartera y destrepes menores que aportan variedad técnica al itinerario y permiten disfrutar de perspectivas inéditas de la sierra y el litoral. La conexión con el GR-192 en los tramos inferiores permite el regreso hacia Pratdip a través de senderos bien señalizados que discurren por el Barranc de les Valls, corredor natural que ha constituido históricamente una importante vía de comunicación entre las tierras altas de la serra y la llanura costera. La ruta al Puig de la Cabrafiga constituye una experiencia montañera completa que combina desafío físico moderado, interés técnico, diversidad paisajística y valores patrimoniales en un recorrido accesible pero suficientemente exigente para proporcionar satisfacción a montañeros experimentados.